
Cuando llega el frío, muchas personas notan una mayor sensibilidad o rigidez en las articulaciones, especialmente en rodillas, codos, manos y caderas. Este malestar no es casualidad: las bajas temperaturas pueden provocar una disminución en la circulación sanguínea y aumentar la tensión muscular, lo que influye directamente en la salud articular. A continuación, te contamos por qué sucede esto y cómo puedes proteger tus articulaciones durante el otoño e invierno.
El descenso de las temperaturas puede provocar molestias en las articulaciones, especialmente en personas mayores o con antecedentes de problemas articulares como artritis o artrosis. Durante el otoño e invierno, es común sentir rigidez, inflamación o dolor en rodillas, codos, caderas y dedos. Por eso, es fundamental tomar medidas preventivas para mantener tus articulaciones sanas, activas y sin molestias.
¿Por qué el frío afecta las articulaciones?
El clima frío provoca una constricción de los vasos sanguíneos, lo que disminuye el flujo hacia las articulaciones y los músculos. Esto puede causar rigidez, dolor y sensibilidad. Además, en invierno las personas tienden a moverse menos, lo que aumenta la rigidez y debilita los músculos de soporte.
Síntomas frecuentes en articulaciones sensibles al frío

- Rigidez matutina
- Dolor con el movimiento
- Inflamación articular
- Disminución de la movilidad
- Dolor que mejora con el calor o el movimiento suave
Consejos para cuidar tus articulaciones en invierno

1. Mantente en movimiento
Evitar el sedentarismo es clave. Realiza ejercicios suaves en casa, como caminatas cortas, estiramientos o yoga. El movimiento favorece la circulación y mantiene la flexibilidad de tus articulaciones.
2. Aplica calor local
Usa compresas tibias, almohadillas térmicas o bolsas de agua caliente para aliviar el dolor y mejorar la movilidad. Evita el contacto directo para no irritar la piel.
3. Usa ropa adecuada
Abriga especialmente las zonas articulares sensibles (rodillas, codos, manos) con ropa térmica. El calor ayuda a prevenir rigidez y molestias.
4. Hidrátate bien
El frío puede disminuir la sensación de sed, pero es importante mantener una buena hidratación, ya que favorece la salud de los tejidos articulares.
5. Cuida tu alimentación
Incluye alimentos ricos en ácidos grasos omega-3 (como pescado, nueces y semillas), vitamina D y antioxidantes, que tienen propiedades antiinflamatorias y ayudan a mantener las articulaciones saludables.

6. Consulta con tu médico
Si el dolor es persistente, consulta con un especialista. El seguimiento adecuado es clave para prevenir complicaciones.
Productos útiles para el cuidado de articulaciones

- Suplementos con colágeno, glucosamina y vitamina D.
- Cremas tópicas con efecto calor o ingredientes naturales antiinflamatorios.
- Rodilleras, muñequeras o fajas térmicas para brindar soporte y protección.
El invierno no tiene por qué ser sinónimo de dolor. Con algunos ajustes en tu rutina y medidas de prevención, es posible proteger tus articulaciones y mantenerte activo sin molestias. Desde FarmaElias, promovemos el bienestar en todas las estaciones del año. Consulta con nuestros especialistas en cualquiera de nuestras sucursales.