¿Qué es el y por qué es tan importante?
Es un tipo de ácido graso esencial que tu cuerpo no puede producir por sí solo, por lo que es necesario obtenerlo a través de la alimentación o suplementos. Entre estos suplementos, Omega 3 es crucial. Existen tres tipos principales:
- ALA (ácido alfa-linolénico): presente en semillas y aceites vegetales.
- EPA (ácido eicosapentaenoico): se encuentra en pescados grasos.
- DHA (ácido docosahexaenoico): también presente en el pescado y fundamental para el cerebro.

Salud del corazón
Varios estudios han demostrado que el consumo de Omega 3 ayuda a:
- Reducir los triglicéridos y la presión arterial.
- Prevenir coágulos en la sangre.
- Disminuir el riesgo de arritmias cardíacas.
- Reducir la inflamación crónica, relacionada con enfermedades cardiovasculares.

Mejora la memoria y la función cerebral
El DHA, uno de los componentes principales de este compuesto, es esencial para el desarrollo y el mantenimiento del cerebro. Tomar Omega 3 ofrece beneficios clave:
- Favorece la memoria y la concentración.
- Ayuda en la prevención del deterioro cognitivo.
- Reduce el riesgo de enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer.

¿Quiénes deberían considerar tomarlo?
- Personas con antecedentes familiares de enfermedades cardíacas.
- Estudiantes o profesionales que requieren concentración. Omega 3 es especialmente útil aquí.
- Adultos mayores que deseen cuidar su salud cerebral.
- Personas que no consumen pescado con regularidad.

¿Dónde encontrar?
- Alimentos: pescado azul (salmón, sardina, atún), nueces, semillas de chía y lino, aceite de oliva.
- Suplementos: cápsulas o aceites de Omega 3 disponibles en farmacias, ideales para quienes no pueden obtener suficiente a través de la dieta.

¿Tiene efectos secundarios?
En general, el consumo de Omega 3 es seguro, pero en dosis muy altas puede causar:
- Malestar estomacal.
- Mal aliento.
- Interacción con medicamentos anticoagulantes (consulta con tu médico si tomas aspirina o warfarina).
Recomendación general
La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda un consumo diario de al menos 250–500 mg de EPA + DHA para adultos sanos. En niños y adolescentes, las cantidades pueden variar según la edad y el estado nutricional.
