
Qué es la ictericia en recién nacidos
La ictericia en recién nacidos es una condición frecuente en los primeros días de vida.
Se manifiesta con una coloración amarilla en la piel y los ojos del bebé, causada por el aumento de bilirrubina en la sangre, una sustancia que se produce al descomponerse los glóbulos rojos.
Aunque en la mayoría de los casos es leve y desaparece sola, algunos bebés pueden necesitar atención médica para evitar complicaciones.
Por qué aparece la ictericia en los primeros días
Durante las primeras 48 a 72 horas de vida, el hígado del bebé aún no madura completamente y no puede eliminar la bilirrubina con la misma eficacia que un adulto.
Este proceso temporal suele llamarse ictericia fisiológica, y afecta a más del 50 % de los recién nacidos.
En otros casos, la ictericia puede deberse a causas más serias como:
- Incompatibilidad sanguínea entre la madre y el bebé (Rh o grupo sanguíneo).
- Infecciones o enfermedades hepáticas.
- Problemas en la lactancia o deshidratación.
- Exceso de destrucción de glóbulos rojos (hemólisis).
Detectar la causa a tiempo es esencial para aplicar el tratamiento correcto.

Cómo identificar la ictericia en recién nacidos
Los primeros signos de ictericia en recién nacidos suelen observarse en el rostro, y luego se extienden al pecho, abdomen y extremidades.
Podés notarla mejor con luz natural o presionando suavemente la piel: si la zona se torna amarilla, es probable que exista ictericia.
Otros síntomas de alerta incluyen:
- Somnolencia excesiva.
- Dificultad para alimentarse.
- Llanto débil o irritabilidad.
- Orina oscura o heces muy pálidas.
Si aparecen estos signos, es fundamental acudir al pediatra sin demora.
Cuándo la ictericia puede ser peligrosa
La ictericia en recién nacidos se considera leve cuando los niveles de bilirrubina bajan espontáneamente en pocos días.
Sin embargo, puede volverse peligrosa si los valores son muy altos o aumentan rápidamente, ya que la bilirrubina en exceso puede afectar el cerebro del bebé (condición llamada kernícterus).
Se debe buscar atención médica inmediata si:
- La coloración amarilla aumenta en lugar de disminuir.
- Se presenta en las primeras 24 horas de vida.
- El bebé está muy débil o no come bien.
- Los ojos o las palmas se ven intensamente amarillos.
Un control oportuno evita complicaciones neurológicas o hepáticas.
Qué hacer si tu bebé tiene ictericia
Ante cualquier sospecha de ictericia en recién nacidos, lo primero es consultar al pediatra.
El profesional evaluará los niveles de bilirrubina mediante un análisis de sangre o con un dispositivo especial sobre la piel (bilirrubinómetro).
En función del resultado, se pueden indicar las siguientes medidas:
1. Alimentación frecuente
Amamantar cada 2 o 3 horas ayuda a eliminar la bilirrubina a través de las heces y la orina.
La lactancia materna es clave para acelerar la recuperación.
2. Fototerapia
Si los niveles son moderados o altos, el tratamiento más habitual es la fototerapia, una exposición controlada a una luz especial que transforma la bilirrubina en una sustancia más fácil de eliminar.
3. Controles médicos regulares
El pediatra puede solicitar revisiones cada 24 o 48 horas para comprobar que los valores de bilirrubina descienden adecuadamente.
4. Exposición moderada a la luz natural
En los casos leves, colocar al bebé cerca de una ventana con luz indirecta (sin exponerlo al sol directo) puede ayudar al metabolismo de la bilirrubina.
Prevención y cuidados en casa
Aunque no siempre se puede prevenir, seguir estos consejos ayuda a reducir el riesgo o controlar la ictericia neonatal de forma segura:
- Asegurá una buena lactancia desde el primer día.
- Evitá interrumpir las tomas por más de 3 horas.
- Vigilá el color de la piel y los ojos del bebé cada día.
- Acudí al pediatra en los primeros controles postparto.
El seguimiento adecuado durante la primera semana de vida es fundamental para garantizar una recuperación sin riesgos.
