
Durante el invierno es común sentir más hambre y tener antojos frecuentes de comidas calientes y calóricas. Aunque puede parecer una simple coincidencia, este fenómeno tiene explicaciones físicas, hormonales y psicológicas. Saber por qué sucede te ayudará a adoptar hábitos saludables y evitar el exceso de comida que puede afectar tu salud. La clave está en entender cómo manejar el apetito y mantener el equilibrio, especialmente en invierno.
Invierno y el aumento del apetito: causas principales

1. Mecanismo de supervivencia
El cuerpo humano tiene mecanismos antiguos de adaptación al frío. En condiciones de bajas temperaturas, el organismo busca conservar calor y energía, lo que se traduce en un aumento del apetito para acumular reservas. Esta respuesta natural contribuye a la sensación constante de hambre en invierno.
2. Disminución de serotonina
La luz solar ayuda a regular la serotonina, una hormona relacionada con el bienestar y el control del apetito. En invierno hay menos exposición al sol, lo que reduce los niveles de serotonina y puede generar ansiedad, tristeza o deseos de comer carbohidratos para compensar. Esta caída hormonal tiene un efecto directo en el aumento del apetito.
3. Menor actividad física
La reducción del ejercicio y el tiempo en exteriores también influye. Al moverse menos, el cuerpo regula peor el hambre y la saciedad, y es más probable caer en el picoteo o en el consumo excesivo.
4. Comodidad emocional
Los alimentos calientes, dulces o con alto contenido graso suelen brindar confort, lo que lleva a un consumo emocional mayor durante los días fríos. Esta búsqueda de confort refuerza la aparición del apetito excesivo en invierno.
Consejos para controlar el apetito en invierno y mantener el equilibrio

1. No te saltes comidas
Saltar comidas puede provocar bajones de energía y atracones posteriores. Mantén horarios regulares y opta por alimentos saciantes como avena, legumbres, frutas y verduras cocidas.
2. Toma agua y bebidas calientes saludables
El frío disminuye la sensación de sed, pero el cuerpo sigue necesitando hidratación. Toma infusiones sin azúcar, caldos naturales o agua con rodajas de frutas.

3. Cuida el tamaño de las porciones en invierno
No es necesario eliminar tus comidas favoritas, pero sí servir cantidades moderadas. Usar platos pequeños puede ayudarte a evitar el exceso sin sentirte restringido.
4. Incorpora actividad física en casa
Realizar ejercicios suaves como estiramientos, yoga o rutinas de bajo impacto activa el metabolismo y mejora el estado de ánimo, lo que reduce la ansiedad por comer.
5. Aliméntate con inteligencia
Opta por snacks saludables como frutas secas, yogurt natural, chocolate oscuro o verduras horneadas. Evita los ultraprocesados o azúcares refinados en exceso.
6. Mantén una rutina de sueño
Dormir bien regula las hormonas del apetito (leptina y grelina). En invierno, acostarse y levantarse a horarios similares cada día ayuda a evitar el hambre descontrolada.

¿Cómo influye el invierno en el metabolismo y la sensación de hambre?
Durante el invierno el metabolismo puede hacerse más lento por el descenso en la actividad física. Sin embargo, mantener una alimentación equilibrada, hidratación adecuada y movimiento diario ayuda a contrarrestar este efecto. Entender cómo tu cuerpo reacciona ante el frío te permite prevenir el consumo excesivo.
Recursos útiles para esta temporada
- Suplementos con triptófano, vitamina D o magnesio pueden contribuir a mejorar el estado de ánimo y el equilibrio emocional (Ver recomendaciones).
- Tés e infusiones naturales con propiedades digestivas o saciantes.
- Multivitamínicos para fortalecer el metabolismo y reducir la fatiga.
Consulta con un profesional de la salud antes de incorporar suplementos o cambios importantes en tu dieta.
Sentir más hambre en invierno es normal, pero no debe convertirse en un problema. Adoptar estrategias simples puede ayudarte a mantener el equilibrio, cuidar tu salud y disfrutar de esta temporada con bienestar. En FarmaElias, promovemos un invierno más saludable.